jueves, 10 de junio de 2010

Cuando faltan las palabras.

Soñar no cuesta nada… pues ni dormir es necesario. Sino díganmelo a mí, quien ha montado dragones mientras se tomaba un mate, quien ha ensangrentado su espada con criaturas horrorosas cuando masticaba un bizcochito, quien ha escalado paredes rocosas escarpadas sin otro esfuerzo que lanzar un par de dados y que, además de todo eso, ha visto la parca más veces que un gato muerto, lo que es decir más de siete.

Pero las limitaciones existen más allá de las circunstancias, pues al pájaro de que le sirve tener alas si lo predestinan a estar encerrado en una jaula. Con esto no me refiero a la escenografía que compone el escenario, ni a los actores que a veces ensucian las tablas con actos poco profesionales, sino a quien malogra todas nuestras intenciones con un libreto escueto. Guionista que más allá de sus capacidades se basa en una filosofía de pocas palabras.

Gracias querido dj que arruina mi capacidad imaginativa al mostrarme una imagen de cada baldosa que piso. Muy amable es al permitirme ver una foto de cada persona con la que me encuentro, sus diferentes gestos y actitudes. No sé qué sería de mis reflexiones si no me indicase con el dedo la salida del mapa que ha dibujado y puesto frente a mí. Los agradecimientos también se lo envían mi estructura cognitiva y mi potencial de abstracción. Si no fuera por usted seguramente no tendría que usar todo este sarcasmo.

Maldita la hora que los juegos de pc influenciaron a los Dj. Dónde están aquellos sujetos capaces de sumergirte en aguas infinitas con sus palabras, quienes salían con historias de bibliotecas y no de telenovelas de la tarde. Pago por un Master capaz de ahogarme con ideas, de asfixiarme con dudas e incertidumbres, que me deje morir por una causa locamente justa o que me ponga contra la espada y la pared y me entierre el acero en el estomago por tomar la decisión equivocada. Un ser ajeno a esta cultura de la imagen, de lo rápido y fugaz, de lo previsible y estructurado de partidas predefinidas, que no caiga en la lógica de lo correcto y que me complique la existencia con personajes absurdos, locuaces, originales y con capacidad de sorprender a uno.

Estimados señores, el problema no está solo en los Dj sino en la incapacidad de, como jugadores, dar lugar a la incertidumbre de una descripción, escogiendo lo frio de una imagen banal sobre el vacio de una oración. Es tiempo de preferir el silencio de alguien que se queda sin palabras por pensar que decir que aquel que calla por la comodidad de mostrar lo plasmado en un pedazo de papel. Es hora de aplaudir a los que titubean al narrar, a los que se juegan sacando ideas de la galera, a los que exprimen su cerebro renunciando al lujo de módulos predefinidos. Viva¡ a aquellos másters que se equivocan por correr el riesgo y ojalá haya jugadores que aprendan de ellos. Pues sino el rol tomará el camino de su propia destrucción, aquél que lo conduce al dejarse comparar una partida de Dungeons and Dragons con Baldur´s Gate… ¡Por dios!

Aguante el Rol y aguante el Baldur´s. ¡¡¡¡ Pero no me jodan porque no es lo mismo!!!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario