Realizado por el escriba Goelling Sorgg
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Soñar no cuesta nada… pues ni dormir es necesario. Sino díganmelo a mí, quien ha montado dragones mientras se tomaba un mate, quien ha ensangrentado su espada con criaturas horrorosas cuando masticaba un bizcochito, quien ha escalado paredes rocosas escarpadas sin otro esfuerzo que lanzar un par de dados y que, además de todo eso, ha visto la parca más veces que un gato muerto, lo que es decir más de siete.
Pero las limitaciones existen más allá de las circunstancias, pues al pájaro de que le sirve tener alas si lo predestinan a estar encerrado en una jaula. Con esto no me refiero a la escenografía que compone el escenario, ni a los actores que a veces ensucian las tablas con actos poco profesionales, sino a quien malogra todas nuestras intenciones con un libreto escueto. Guionista que más allá de sus capacidades se basa en una filosofía de pocas palabras.
Gracias querido dj que arruina mi capacidad imaginativa al mostrarme una imagen de cada baldosa que piso. Muy amable es al permitirme ver una foto de cada persona con la que me encuentro, sus diferentes gestos y actitudes. No sé qué sería de mis reflexiones si no me indicase con el dedo la salida del mapa que ha dibujado y puesto frente a mí. Los agradecimientos también se lo envían mi estructura cognitiva y mi potencial de abstracción. Si no fuera por usted seguramente no tendría que usar todo este sarcasmo.
Maldita la hora que los juegos de pc influenciaron a los Dj. Dónde están aquellos sujetos capaces de sumergirte en aguas infinitas con sus palabras, quienes salían con historias de bibliotecas y no de telenovelas de la tarde. Pago por un Master capaz de ahogarme con ideas, de asfixiarme con dudas e incertidumbres, que me deje morir por una causa locamente justa o que me ponga contra la espada y la pared y me entierre el acero en el estomago por tomar la decisión equivocada. Un ser ajeno a esta cultura de la imagen, de lo rápido y fugaz, de lo previsible y estructurado de partidas predefinidas, que no caiga en la lógica de lo correcto y que me complique la existencia con personajes absurdos, locuaces, originales y con capacidad de sorprender a uno.
Estimados señores, el problema no está solo en los Dj sino en la incapacidad de, como jugadores, dar lugar a la incertidumbre de una descripción, escogiendo lo frio de una imagen banal sobre el vacio de una oración. Es tiempo de preferir el silencio de alguien que se queda sin palabras por pensar que decir que aquel que calla por la comodidad de mostrar lo plasmado en un pedazo de papel. Es hora de aplaudir a los que titubean al narrar, a los que se juegan sacando ideas de la galera, a los que exprimen su cerebro renunciando al lujo de módulos predefinidos. Viva¡ a aquellos másters que se equivocan por correr el riesgo y ojalá haya jugadores que aprendan de ellos. Pues sino el rol tomará el camino de su propia destrucción, aquél que lo conduce al dejarse comparar una partida de Dungeons and Dragons con Baldur´s Gate… ¡Por dios!
Aguante el Rol y aguante el Baldur´s. ¡¡¡¡ Pero no me jodan porque no es lo mismo!!!!
Hola a todos.
Quiero comentarles una partida que dirigí el jueves tres de junio de 2010.
Verán, esta partida es parte de una campaña, que también he ideado, llamada “La caja”. Pero a la vez es un momento muy importante dentro de la historia pues los Pjs develan el contenido de ésta caja que han estado transportando durante buen tiempo. Entiéndase que esta fue la partida numero 14.
La idea de la partida la venía teniendo hace mucho y debe su nombre a la fuente de inspiración: “La casa de Asterión”. Quién no haya leído este cuento de Borges pues lo invito a que lo haga en cuanto pueda, es corto, es fantástico y es maravilloso.
Entonces se me ocurrió pensar en la soledad de una criatura que además de ser única es la última de su especie. Que escoge vivir apartada dentro de un complicado sistema de cuevas en lo profundo de las montañas. Tal como el minotauro en el laberinto.
Luego se le añaden otros elementos, como lo es la intensión de la criatura de trascender, ya no mediante su linaje reproduciéndose, sino atesorando toda la información que sus ancestros le han confiado. Inmortalizándose mediante la escritura, atesorando miles de libros y saberes en su propia casa, en lo profundo del laberinto.
Ahora quisiera mostrarles el contenido de una carta escrita en forma de últimas palabras, que los Pjs han obtenido entre los enseres del individuo:
“Para ti:
He vivido tantos años que los vacios números que llevan la cuenta se cansaron de aumentar. Como si acaso el tiempo mismo se ha paralizado producto de la única enfermedad que me ha durado toda la vida: La soledad.
A veces recorro los pasillos de las cuevas, de vez en cuando encuentro algún orco perdido al que ajusticiar, pues la roca juega a extraviar. A veces inclusive escucho los ecos de las voces de Enanos que se adentran en profundas galerías, me quedo escuchándolos, pues he aprendido a comprender su lengua, y ellos son, sin que lo sepan, los portadores de las únicas noticias del exterior, los granos de arena que caen en mi reloj. Pero son tan temibles las nuevas que de ellos escucho que no encuentro razones para salir de aquí, para alejarme de mi casa, para abandonar mi hogar. De todas maneras a dónde iría, qué cambiaria con salir de aquí.
Solo tengo mis libros, los ordeno, los limpio e incluso reescribo alguna hoja que comienza a desteñirse por el paso del tiempo. Ellos son el único testimonio de que pasé por este mundo, de que toda mi especie alguna vez pisó estas tierras. En sus hojas están mis hermanos, mis padres y mis abuelos que ahora son mis únicos hijos, mi eterna responsabilidad, y los debo cuidar.
Quizá allí afuera se encuentre el único ser que me acompañe en mi letargo y que reciba a mis hijos como sus hijos. Caminando debe estar el niño que de adulto entrará a mi casa. Si él supiera cuánto lo espero… si fuera consciente de que responsabilidad le aguarda. Ven rápido, pues ya caen las últimas horas.
Asterión”
Al final los Pjes se alejan de la casa de Asterión con la carta incomprensible en sus bolsillos, a sus espaldas el cuerpo de la criatura arde en una pira de libros. Mientras piensan: “Qué lástima que su idioma haya muerto con él, tantos libros para leer que nadie podrá leerlos, pues desconocidos son sus símbolos. Por lo menos fueron útiles para cremar su cuerpo inerte”
Efectivamente los Pjes poco supieron de esta criatura y nada pudieron leer de todo lo escrito. Acaso ese es el fin para todo lo que desconocemos, el principio de toda ciencia ante la naturaleza de lo desconocido: Lo que no entra en los patrones del conocimiento no existe o no importa.
Hasta luego.
Gerardo Ruben Herrera, "Epsilon".
Material tambien publicado en: http://daknor-rol.blogspot.com/